jueves, 12 de febrero de 2015

Los celos son inseguridad... No son celos, cuido lo que es mío... ¡CELOS!

¡Cuánto no se dice sobre los celos! Sin duda todos los hemos experimentado. En mayor o menor medida, por los hermanos, por los amigos y sobre todo, por la pareja. Pero ¿qué son realmente? ¿Inseguridad?, a veces. ¿Miedo?, obvio. ¿Posesividad?, en algunos casos. ¿Prohibiciones?, sí, en las ocasiones más tóxicas. 

Los celos no forzosamente denotan inseguridad. Si tú ves a tu pareja o sabes de ella, teniendo conversaciones muy raritas, viendo que otra le persona le habla de modo muy cariñosito, o de repente tu pareja te habla con mucha emoción de una nueva persona, ¿crees que eres inseguro? ¡Claro que no!, habiendo evidencia de una posible amenaza, los celos son de manera total y natural normales. Aquí la inseguridad sería que no te causaran malestar tales escenas, significaría que te importa poco o nada tu pareja. Aclaro, todo eso siempre y cuando haya evidencia de ciertas anomalías, si las sospechas surgen sin motivo aparente, sin hechos reales, esos celos ya no son naturales. La verdad, a todos nos encanta que nos celen con este tipo, porque son los que demuestran que le importamos a nuestra pareja, que nos defiende de lo que él/consideran una amenaza, muchas veces uno se da cuenta de ciertos comportamientos cariñosos que tiene hacia los otros y nuestra pareja se convierte en ese espejo. 
     
      Ahora, es cierto, algunos celos sí son inseguridad, porque nacen de la nada. Vas caminando por la calle y te bombardean pensamientos sobre tu pareja siéndote infiel, porque no va a resistir la tentación e inevitablemente va a caer en las redes de alguien. Así que te pones ansioso, desesperado, te distraes de lo que estás haciendo. Estos celos son demasiado irritantes para quien los padece y para la pareja de éste, porque generalmente llevan a tediosos interrogatorios que nunca o rara vez dejan conforme al celoso. Es normal que éstos aparezcan después de una infidelidad, pero si tú pareja realmente te muestra que no tiene ese tipo de conducta, entonces checa qué te origina esos pensamientos, porque en verdad no lo pasas bien. 

El extremo de la toxicidad es cuando los celos ocasionan que uno de los miembros haga prohibiciones al otro, tal como no usar cierto tipo de prendas de vestir, no ir a ciertos lugares, no salir con determinados amigos, no andar solo por las calles, en fin, la lista es larga. Quien los padece en verdad sufre mucho, porque gasta energía en "estar cuidando a su pareja." Y su pareja peor, porque amputa partes de sí, deja de usar cosas que le gustaría usar. ¿Realmente vale la pena estar en una relación así?, tal vez, pero requiere ayuda profesional para sanar esa área. 

A todos o casi todos nos gusta esa miel que otorgan los celos, siempre y cuando no sean esos celos enfermos que agobian, atrapan y asfixian...