Sí, muchos de nosotros vivimos esperando que la vida se nos resuelva por tan sólo desearlo con todo el corazón. Desde niños se nos bombardea en los cuentos, en la televisión y como frase consoladora el "si lo deseas con todo el corazón, se hará realidad." ¿Y es cierto? Quien sabe. Pero, ¿qué es desear?, la mayoría llora por lo que desea, sufre muchas noches pidiendo que se cumpla, como si Dios o la Vida misma al ver nuestra tristeza fuesen a cumplir nuestras peticiones.
Hay algo curioso. En creencias de Oriente, como el budismo, se instruye que desear es malo, que la causa del sufrimiento son los deseos. Recordemos que Buda dijo "el dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional." Pero, ¿cómo vivir sin desear nada? Haciendo. Sería similar a preocupación y ocupación, ¿para qué preocuparte cuando puedes ocuparte? Porque eso pasa, desear siempre nos preocupa, nos aterra lo desconocido y la posibilidad de que no suceda, y creemos ocuparnos por ello.
Todo nace de un deseo. Sin embargo el problema surge cuando el deseo se convierte en agonía, en estrés, en fijar nuestras buenas emociones en ese objetivo. ¿Cuántos no hemos condicionado nuestra alegría?, en frases como "Si yo tuviera... Si ella estuviera conmigo... Si él no me hubiese dejado... Si ganara más dinero..." Puros pretextos y deseos insanos.
Llora, patalea, desahógate, dale la bienvenida al dolor. Pero no pienses que por pasarla mal vas a recibir recompensa. Pasarla triste, sumido en emociones negativas no es luchar. Platica tus problemas con el Universo, dale y más que pedir, exígele lo que quieres, de todos modos, al final de cuentas lo que esté en tu vida es por lo que estés dispuesto a luchar. Eres lo que ves, creas lo que crees...